El bizarrismo que exuda esta foto es de proporciones épicas. Es decir, eres un cuarentón, te estás quedando calvo y la obesidad hace mella en tu estado físico pero, y siempre hay un pero, te juntas con otros de tu misma especie y acabas en una piscina llena de gordos y prostitutas. Me pregunto si alguno de ellos, entre tanta lascivia, mientras observa la dantesca escena piensa lo mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario